Análisis Financiero: Una herramienta clave
para una gestión financiera eficiente.

Los líderes empresariales destacados, en comparación con sus pares, demuestran un rendimiento financiero significativamente superior, generando un retorno aproximadamente 2.8 veces mayor para los accionistas. Esta disparidad radica en su capacidad para enfrentar múltiples desafíos simultáneamente, desde cambios tecnológicos hasta la gestión del talento humano, mientras mantienen un enfoque claro en la visión del negocio y la excelencia operativa.

Un buen análisis financiero ilumina el camino hacia el éxito.

¿Qué distingue a los mejores empresarios del resto?

Se estima que los buenos CEOs generan 2.8 veces más retorno para sus accionistas por año que los CEOs promedio; la diferencia en desempeño financiero es abismal. ¿En dónde radica la diferencia?

Los líderes actuales deben navegar no solo a través de los retos operativos de su negocio, sino que están expuestos a cambios acelerados de tecnología, cambios de hábitos de los consumidores, transformación agresiva de métodos de trabajo y ciberseguridad; todo esto sin dejar de lado la atracción, motivación y retención de su talento que cada vez es más escaso e inestable.

“La buena gestión del dinero no es lo que se gana, sino lo que se hace con lo que se gana”, Robert Kiyosaki.

Como menciona Robert Kiyosaki, la buena gestión financiera implica invertir en investigación, desarrollo, crecimiento geográfico, desarrollo de nuevas capacidades y la constante búsqueda de la excelencia operacional; podemos suponer que un buen CEO es aquel que puede mantener varias bolas al aire al mismo tiempo, sin que ninguna se caiga, haciéndolas girar cada vez más rápido, con mayor armonía y volviéndolas más ligeras.

Podemos concluir que un buen líder es el que logra de forma sostenible un crecimiento financiero gracias a su gestión que implica:

  1. Establecer la visión del negocio: ¿A dónde queremos llegar y cómo vamos a llegar?
  2. Manejo de su equipo: desarrollar una cultura efectiva de trabajo, armoniosa y alineada a los objetivos del negocio sin perder de vista su bienestar personal.
  3. Desarrollo de ideas o conceptos: los líderes deben maximizar su capacidad instalada, retar el statu quo, y para eso hay que impulsar la constante búsqueda de nuevas ventajas competitivas.
  4. Control del desempeño: nadie lo dice mejor que Peter Drucker: ‘Lo que se mide, se gestiona.’ Contar con un sistema de monitoreo de nuestra gestión garantiza un constante crecimiento.
  5. Excelencia en gestión financiera: no olvidar que como empresa nuestro mandato es generar valor a nuestros accionistas, realizar inversiones sabias y tener una clara comprensión del valor del dinero.

Lograr la excelencia no se logra de la noche a la mañana; se estima que los CEOs logran maximizar su desempeño financiero a lo largo del tiempo. Típicamente, el primer año arrancan con cambios fuertes, el segundo año tienen un valle, y a partir del tercero hasta el sexto logran crecimientos importantes, llegando a sus años dorados a partir del octavo año. Sin embargo, no todos logran este patrón, siendo el factor común de los que no lo logran la falta de visión, agresividad y enfoque financiero.

Para una buena salud financiera se requiere trabajar con el enfoque correcto.

Para tener un enfoque correcto se necesita realizar un buen plan estratégico financiero que contemple metas financieras, un presupuesto, estimación de riesgos y desarrollo de ventajas competitivas.

Entre los empresarios, a manera de broma, se comenta que el rol del CEO es la intersección de todas las contradicciones, principalmente porque tiene que lidiar con las diferentes visiones de sus stakeholders para alinearlas con sus accionistas en una lucha entre un rentable corto plazo o un creciente sostenible a largo plazo, tener la sabiduría para manejar ideas opuestas y definir una ruta que maximice lo mejor de los extremos, aterrizándolo en un enfoque correcto.

“La única cosa que da valor al dinero es lo que se puede hacer con él”, John D. Rockefeller.

La forma de darle valor al dinero es dándole un buen uso y eso lo generamos a través de un plan financiero que contenga como mínimo los siguientes elementos:

  1. Objetivos Financieros: ¿Cuánto valor queremos crear? Tener claro a dónde queremos llegar en el corto y largo plazo en términos de valor, rentabilidad, margen operativo, crecimiento, inversiones o cualquier ratio financiero que consideremos clave para nuestro negocio nos enfoca.
  2. Presupuesto: hay que definir el presupuesto maestro con las variables que se van a impactar con las acciones estratégicas, presupuesto de ventas, presupuesto de gasto operativo, presupuesto de capital, presupuesto de efectivo, presupuesto de capital humano; todos estos se consolidan en el presupuesto general. Existe una variable de presupuesto que se llama base cero, que se enfoca en que cada partida presupuestaria se justifique desde cero, sin tener en cuenta los presupuestos anteriores. Este enfoque ayuda a identificar y eliminar gastos innecesarios, promoviendo una mayor eficiencia y control del gasto.
  3. Deuda: determinar el nivel de endeudamiento óptimo es fundamental para maximizar el capital de los accionistas, considerando consolidación o refinanciación para reducir intereses o mejorar condiciones que aumenten nuestro nivel de flujo de caja libre.
  4. Inversiones: la sostenibilidad del negocio se requiere invertir en el largo plazo con inversiones estratégicas que estén alineadas con los objetivos estratégicos establecidos. Esto puede incluir inversiones en acciones, bonos, fondos mutuos, bienes raíces, entre otros.
  5. Control de gestión financiero: contar con un gobierno y herramientas para monitorear el desempeño financiero para tomar decisiones o ajustes en función de los objetivos o situaciones cambiantes.

Una buena gestión financiera implica tener un pie en el presente y otro en el futuro.

Las tendencias están a la orden del día en todos los frentes de la empresa; la gestión financiera no se escapa de este fenómeno. Los cambios tecnológicos, regulaciones gubernamentales, demanda y otras influencias afectan la planeación financiera de las compañías y la forma de hacer la gestión financiera.

A nivel empresarial, estamos conscientes de los constantes cambios y retos que sufre la región, desde cambios climáticos, políticos, sociales y tecnológicos que implican reformas rápidas a nuestra gestión financiera. Aquí algunas tendencias que afectan el área financiera:

  1. Automatización Financiera (Fintech): la inteligencia artificial y blockchain están transformando la forma en la que trabajamos las finanzas, para hacerla más eficiente, reducir costos y ofrecer nuevos servicios innovadores. Esta automatización no solo se enfoca en productividad o eficiencia, sino que también impacta la experiencia del cliente, lo que se traduce en fidelización o ventaja competitiva.
  2. Big Data, o análisis de datos avanzado, incluyendo la minería de datos, el análisis predictivo y la visualización de datos, está permitiendo a las empresas obtener insights más profundos sobre sus operaciones financieras. Esto ayuda a tener mayor asertividad y tomar decisiones más informadas para identificar oportunidades y riesgos de manera más efectiva y anticipada.
  3. Gestión de Riesgos y Cumplimiento Normativo: con un entorno empresarial cada vez más complejo y regulado, la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo son áreas críticas de la gestión financiera.
  4. Gestión Financiera Ágil: se enfoca en la flexibilidad, la adaptabilidad y la rápida toma de decisiones para responder a cambios en el mercado y el entorno empresarial. Las empresas están adoptando metodologías ágiles para la planificación financiera, herramientas simuladoras de escenarios que permiten una mejor asignación de recursos y la ejecución de proyectos financieros.
  5. Transformación Digital: una tendencia irreversible y el sector financiero es líder en su implementación, sobre todo porque está cambiando la forma en que operan los bancos y otros servicios financieros. La adopción de servicios bancarios móviles, pagos digitales, criptomonedas y otras innovaciones está remodelando la experiencia del cliente y la prestación de servicios financieros.

“La preparación meticulosa es esencial para cualquier empresa exitosa. Debes estar listo para enfrentar lo inesperado y adaptarte rápidamente”, Elon Musk.

Las tendencias en la gestión financiera están dando forma al futuro del sector, y las empresas que pueden adaptarse y aprovechar estas tendencias estarán mejor posicionadas para el éxito en un entorno empresarial en constante cambio.

“La regla número uno: nunca pierdas dinero. La regla número dos: nunca olvides la regla número uno”, Warren Buffett.

En más de 25 años de experiencia como consultor, puedo decir que lo que más me impresiona es ver cómo los empresarios no conocen el valor ni el potencial de su empresa y cuáles son los drivers que generan mayor valor.

Para determinar el valor de una empresa existen diversos métodos y factores que van desde lo financiero, operativo, riesgo, gobierno y mercado. Estos son algunos métodos de valuación de empresas:

  1. Valoración de ingresos: este método utiliza los ingresos como base para calcular el valor, puede implicar el uso de múltiplos de ingresos, como el múltiplo de ingresos brutos o netos, o el flujo de efectivo descontado (DCF), que proyecta los flujos de efectivo futuros y los descuenta al valor presente.
  2. Valoración de activos de la empresa, tangibles e intangibles.
  3. Valoración de mercado comparando con otras empresas similares para determinar su valor relativo. Puede implicar el uso de múltiplos de valoración, como el precio-ventas, precio-utilidades, o precio-valor en libros, entre otros.
  4. Valor del Flujo de Caja Libre (FCF): este método se basa en los flujos de efectivo futuros que se espera que la empresa genere después de atender todas sus obligaciones financieras y de capital.
  5. Valor de Mercado del Capital: este método valora la empresa en función de su estructura de capital y su costo ponderado de capital (WACC). Se calcula tomando la suma del valor presente de los flujos de efectivo futuros de la empresa y el valor presente de la empresa sin deuda.

“Es mejor comprar una empresa maravillosa a un precio justo que una empresa justa a un precio maravilloso”, Warren Buffet.

Dependiendo de la empresa, su tamaño, historia, ubicación, industria, se determina el método para valuar la empresa. En muchos casos, una combinación de varios métodos de valoración puede proporcionar una estimación más precisa del valor de una empresa. Para transacciones de compraventa de empresas, siempre es recomendable buscar asesores especializados que los guíen en el proceso para evitar un mal negocio o una mala experiencia para cualquiera de las partes.

¿Sabes dónde estás y a dónde puedes llegar en tu organización?

Para saber a dónde puedes llegar debemos identificar dónde te encuentras, por lo que realizamos un Diagnóstico que consiste en identificar las oportunidades en tu organización.

Identifica cuáles son los drivers que impactan el valor de la empresa.

Para mí, el valor de una empresa no está en sus activos, está en su potencial, en su futuro, en su legado, está en su cultura y su gente; esto es lo que genera ventajas competitivas insuperables y difícil de copiar.

“La innovación no tiene nada que ver con cuánto dinero tienes para R&D. Cuando Apple salió con el Mac, IBM gastaba al menos 100 veces más en R&D. No se trata de dinero. Se trata de la gente que tienes, cómo los guías”, Steve Jobs.

Los drivers que impactan el valor de la empresa varían según la industria, pero normalmente están relacionados con el core del negocio, es decir, cómo compramos, administramos, producimos, operamos, distribuimos y cómo vendemos. Estos son los factores clave que impactan el negocio:

  1. Gobierno corporativo: se estima que los inversionistas están dispuestos a invertir más en empresas con gobiernos sólidos.
  2. Una buena Visión Estratégica influye en el valor de la empresa y su capacidad para adaptarse y crecer en un entorno cambiante.
  3. Ingresos: crecimiento sostenible y participación en el mercado.
  4. Rentabilidad: un buen margen gracias a una buena propuesta de valor y estructura de costos.
  5. Capital de trabajo: contar con inventarios sanos, cobros adecuados y un ciclo operativo óptimo.
  6. El flujo de efectivo es fundamental para la salud financiera de una empresa y su capacidad para operar, invertir y pagar deudas.
  7. Posición Competitiva y su capacidad para competir en su mercado, diferenciar sus productos o servicios y mantener una ventaja competitiva puede influir significativamente en su valor.
  8. Calidad de los Activos: La calidad y la diversidad de los activos de una empresa, incluidos los activos tangibles e intangibles, como la propiedad intelectual, las marcas y la tecnología, pueden afectar su valor.
  9. Talento: la calidad y la experiencia del equipo directivo y del personal clave pueden ser un factor importante en la valoración de la empresa, ya que la gestión efectiva puede impulsar el rendimiento y la rentabilidad a largo plazo.
  10. Ciclo de Vida: ya sea en crecimiento, madurez o declive, puede influir en su valoración y en las expectativas de los inversores.

En conclusión, para comprar o valorar una empresa no solo hay que ver las aristas financieras, tienes que comprender su verdadero valor y potencial, más allá de lo que se presenta en los números. Nunca perder de vista que el valor es subjetivo y puede variar dependiendo de diversos factores y perspectivas.

Para una gestión eficiente de cualquier corporación es necesario evaluar la información financiera para comprender su desempeño y capacidad para generar valor.

Conocer y monitorear la salud financiera es cuestión de vida o muerte; aquí damos seguimiento a la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto y largo plazo, contemplando siempre un crecimiento sostenible y rentable.

Jeff Bezos dijo: “Tienes que ser disciplinado y tener un buen análisis financiero. Siempre debes saber a dónde va el dinero y de dónde viene”. ¿Está claro que, sí o sí, debemos hacer un análisis financiero para tener una buena gestión gerencial? Aquí explicamos por qué hacerlo y qué debe contener:

  1. Desempeño: evaluar el rendimiento pasado vs. actual mediante indicadores financieros nos da visión de qué está funcionando bien y qué áreas necesitan mejora.
  2. Información: con datos todo, sin datos nada. El análisis financiero nos permite distribuir y asignar recursos, invertir en nuevos proyectos, expansión o aplicación de estrategias para mejorar la operación.
  3. Plan financiero: contar con un análisis robusto nos da la posibilidad de desarrollar presupuestos realistas y metas financieras alcanzables.
  4. Tendencias: con las finanzas claras podemos identificar patrones que ayuden a reaccionar rápidamente ante amenazas o potenciar buenos desempeños demostrados y tomar medidas de forma proactiva.
  5. Solvencia: conocer dónde estamos parados y hacia dónde vamos, da certidumbre a los inversionistas, socios, acreedores y todas las partes interesadas.

Sin un análisis financiero, no podemos tomar decisiones ni optimizar el rendimiento financiero. Por eso, es fundamental tenerlo para promover la sostenibilidad y el crecimiento.

Richard Branson dijo: “El análisis financiero es clave para tomar decisiones acertadas en los negocios y para asegurar su viabilidad a largo plazo.”

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