Los líderes empresariales destacados, en comparación con sus pares, demuestran un rendimiento financiero significativamente superior, generando un retorno aproximadamente 2.8 veces mayor para los accionistas. Esta disparidad radica en su capacidad para enfrentar múltiples desafíos simultáneamente, desde cambios tecnológicos hasta la gestión del talento humano, mientras mantienen un enfoque claro en la visión del negocio y la excelencia operativa.
¿Qué distingue a los mejores empresarios del resto?
Se estima que los buenos CEOs generan 2.8 veces más retorno para sus accionistas por año que los CEOs promedio; la diferencia en desempeño financiero es abismal. ¿En dónde radica la diferencia?
Los líderes actuales deben navegar no solo a través de los retos operativos de su negocio, sino que están expuestos a cambios acelerados de tecnología, cambios de hábitos de los consumidores, transformación agresiva de métodos de trabajo y ciberseguridad; todo esto sin dejar de lado la atracción, motivación y retención de su talento que cada vez es más escaso e inestable.
“La buena gestión del dinero no es lo que se gana, sino lo que se hace con lo que se gana”, Robert Kiyosaki.
Como menciona Robert Kiyosaki, la buena gestión financiera implica invertir en investigación, desarrollo, crecimiento geográfico, desarrollo de nuevas capacidades y la constante búsqueda de la excelencia operacional; podemos suponer que un buen CEO es aquel que puede mantener varias bolas al aire al mismo tiempo, sin que ninguna se caiga, haciéndolas girar cada vez más rápido, con mayor armonía y volviéndolas más ligeras.
Podemos concluir que un buen líder es el que logra de forma sostenible un crecimiento financiero gracias a su gestión que implica:
Lograr la excelencia no se logra de la noche a la mañana; se estima que los CEOs logran maximizar su desempeño financiero a lo largo del tiempo. Típicamente, el primer año arrancan con cambios fuertes, el segundo año tienen un valle, y a partir del tercero hasta el sexto logran crecimientos importantes, llegando a sus años dorados a partir del octavo año. Sin embargo, no todos logran este patrón, siendo el factor común de los que no lo logran la falta de visión, agresividad y enfoque financiero.
Para tener un enfoque correcto se necesita realizar un buen plan estratégico financiero que contemple metas financieras, un presupuesto, estimación de riesgos y desarrollo de ventajas competitivas.
Entre los empresarios, a manera de broma, se comenta que el rol del CEO es la intersección de todas las contradicciones, principalmente porque tiene que lidiar con las diferentes visiones de sus stakeholders para alinearlas con sus accionistas en una lucha entre un rentable corto plazo o un creciente sostenible a largo plazo, tener la sabiduría para manejar ideas opuestas y definir una ruta que maximice lo mejor de los extremos, aterrizándolo en un enfoque correcto.
“La única cosa que da valor al dinero es lo que se puede hacer con él”, John D. Rockefeller.
La forma de darle valor al dinero es dándole un buen uso y eso lo generamos a través de un plan financiero que contenga como mínimo los siguientes elementos:
Las tendencias están a la orden del día en todos los frentes de la empresa; la gestión financiera no se escapa de este fenómeno. Los cambios tecnológicos, regulaciones gubernamentales, demanda y otras influencias afectan la planeación financiera de las compañías y la forma de hacer la gestión financiera.
A nivel empresarial, estamos conscientes de los constantes cambios y retos que sufre la región, desde cambios climáticos, políticos, sociales y tecnológicos que implican reformas rápidas a nuestra gestión financiera. Aquí algunas tendencias que afectan el área financiera:
“La preparación meticulosa es esencial para cualquier empresa exitosa. Debes estar listo para enfrentar lo inesperado y adaptarte rápidamente”, Elon Musk.
Las tendencias en la gestión financiera están dando forma al futuro del sector, y las empresas que pueden adaptarse y aprovechar estas tendencias estarán mejor posicionadas para el éxito en un entorno empresarial en constante cambio.
“La regla número uno: nunca pierdas dinero. La regla número dos: nunca olvides la regla número uno”, Warren Buffett.
En más de 25 años de experiencia como consultor, puedo decir que lo que más me impresiona es ver cómo los empresarios no conocen el valor ni el potencial de su empresa y cuáles son los drivers que generan mayor valor.
Para determinar el valor de una empresa existen diversos métodos y factores que van desde lo financiero, operativo, riesgo, gobierno y mercado. Estos son algunos métodos de valuación de empresas:
“Es mejor comprar una empresa maravillosa a un precio justo que una empresa justa a un precio maravilloso”, Warren Buffet.
Dependiendo de la empresa, su tamaño, historia, ubicación, industria, se determina el método para valuar la empresa. En muchos casos, una combinación de varios métodos de valoración puede proporcionar una estimación más precisa del valor de una empresa. Para transacciones de compraventa de empresas, siempre es recomendable buscar asesores especializados que los guíen en el proceso para evitar un mal negocio o una mala experiencia para cualquiera de las partes.
¿Sabes dónde estás y a dónde puedes llegar en tu organización?
Para saber a dónde puedes llegar debemos identificar dónde te encuentras, por lo que realizamos un Diagnóstico que consiste en identificar las oportunidades en tu organización.
Para mí, el valor de una empresa no está en sus activos, está en su potencial, en su futuro, en su legado, está en su cultura y su gente; esto es lo que genera ventajas competitivas insuperables y difícil de copiar.
«La innovación no tiene nada que ver con cuánto dinero tienes para R&D. Cuando Apple salió con el Mac, IBM gastaba al menos 100 veces más en R&D. No se trata de dinero. Se trata de la gente que tienes, cómo los guías», Steve Jobs.
Los drivers que impactan el valor de la empresa varían según la industria, pero normalmente están relacionados con el core del negocio, es decir, cómo compramos, administramos, producimos, operamos, distribuimos y cómo vendemos. Estos son los factores clave que impactan el negocio:
En conclusión, para comprar o valorar una empresa no solo hay que ver las aristas financieras, tienes que comprender su verdadero valor y potencial, más allá de lo que se presenta en los números. Nunca perder de vista que el valor es subjetivo y puede variar dependiendo de diversos factores y perspectivas.
Conocer y monitorear la salud financiera es cuestión de vida o muerte; aquí damos seguimiento a la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto y largo plazo, contemplando siempre un crecimiento sostenible y rentable.
Jeff Bezos dijo: “Tienes que ser disciplinado y tener un buen análisis financiero. Siempre debes saber a dónde va el dinero y de dónde viene”. ¿Está claro que, sí o sí, debemos hacer un análisis financiero para tener una buena gestión gerencial? Aquí explicamos por qué hacerlo y qué debe contener:
Sin un análisis financiero, no podemos tomar decisiones ni optimizar el rendimiento financiero. Por eso, es fundamental tenerlo para promover la sostenibilidad y el crecimiento.
Richard Branson dijo: “El análisis financiero es clave para tomar decisiones acertadas en los negocios y para asegurar su viabilidad a largo plazo.”